Atenas era la ciudad sabia de Grecia. Es la madre del pensamiento, la patria de la inteligencia.
Su primera forma de gobierno fue la monarquía. Luego apareció la oligarquía. Para combatir sus abusos el pueblo nombró a Dracón, cuya reforma penal fue tan severa que se dijo que "escribió sus leyes con sangre", y no se pudo, por lo mismo, aplicar. Los aristócratas o eupátridas siguieron oprimiendo al pueblo.
Solón ( 600 a. de C.). Nombrado arconte (jefe del gobierno) y autorizado para hacer una reforma, el legislador Solón dividió la sociedad en cuatro clases según la fortuna. Los más ricos pagaban mayores impuestos pero les estaban reservados los más altos cargos públicos. Estableció, pues, la timocracia, favoreciendo la oligarquía.
Solón creó la Asamblea popular (Ecclesia), en la cual podían opinar y votar todos los ciudadanos, se reunía en el Agora (plaza pública). Para la administración de justicia creó los Jurados Populares, que juzgaban de los delitos menores y dejó subsistir, para juzgar los más graves (asesinatos) el Areópago, tribunal justiciero en el cual se aplicó, por primera vez, el principio de que todo caso de duda debe resolverse en favor del reo.
Clístenes y la democracia. La reforma operada por Clístenes perfeccionó la democracia ateniense. Pudo al alcance de todos los ciudadanos las funciones públicas. Los clasificó, no según sus rentas, sino por el domicilio. El pueblo fue dividido en diez barrios o tribus, en los cuales se inscribían todos los ciudadanos para elegir a sus representantes. Estableció el ostracismo, votación en que el sufragante escribía en una ostra el nombre del personaje que debía ser desterrado por considerarse que, por su mucho prestigio e influencia, podía hacerse tirano.
Comparación de la democracia ateniense con la moderna. Se inspiran ambas en idénticos principios, pero difieren en que la ateniense no reconocía la igualdad de los hombres ante la ley, sino sólo de los ciudadanos. Y como los ciudadanos eran una minoría, no era una auténtica democracia. No eran ciudadanos los metecos, aunque habían nacido en Atenas, porque no eran hijos de padre ateniense. Pericles exigió más, posteriormente, ser nacido de padre y madre ateniense para ser considerado ciudadano.
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